viernes, 25 de junio de 2021

Defensa del parque de artillería de Monteleón


La Defensa del parque de artillería de Monteleón durante el Levantamiento del 2 de mayo en Madrid es una obra de Joaquín Sorolla y Bastida pintada al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 400 x 580 cm. Está datada en el año 1884 y, siendo propiedad del Museo Nacional del Prado, actualmente se conserva en depósito en la Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Villanueva y Geltrú en Barcelona.

martes, 22 de junio de 2021

Visita virtual a la exposición - Sorolla Femenino Plural

El estudio del pintor Joaquín Sorolla para niños


Un vídeo en que los niños descubrirán el estudio de Joaquín Sorolla, con sus cuadros, sus pinceles, sus caballetes... ¡Es la sala más importante del Museo Sorolla!

El Patio de Comares, La Alhambra de Granada

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En 1917 realiza Sorolla el que será su último viaje a Granada, después de otros dos realizados en los años 1909 y 1910 para pintar. Si en sus anteriores visitas a la ciudad le habían capturado las vistas majestuosas de la Sierra Nevada, en esta ocasión se concentra en los jardines de la Alhambra, que representa con una pintura acuarelada, levísima, que convierte las imágenes en frágiles espejismos.

Es invierno, las albercas están heladas y Sorolla pinta prácticamente en soledad. Sus cuadros nos evocan una Alhambra melancólica, íntima; no hay apenas color y los encajes de las yeserías nazaríes se resuelven en toques ligeros que sugieren su textura. Y de nuevo el espejo del agua, duplicando la imagen. Es un Sorolla maduro, que descansa de los compromisos de los encargos recreándose en estos motivos delicados pintados para su propio deleite.

Tipos del Valle de Ansó

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Este cuadro representa a dos mujeres ansotanas anteun fondo de montaña, concretamente, el paisaje llamado “eslinaderas d´o Paco Ezpelá”. La más joven Sebastiana Brun, que posa vestida de novia y llevando en la mano una rama de membrillo, es la misma niña que retrató Sorolla en Abuela y Nieta de Ansó, junto a ella, aparece Pascuala Mendiara, de Casa Cherón.

Tipos del Roncal

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La figura masculina, de espaldas y en negro y blanco, ocupa prácticamente la mitad derecha del lienzo. A la izquierda, dos mujeres, la más joven con fastuoso vestido en rojos, azules y blancos. La más anciana, en medio, en tonos oscuros. Las tres figuras se recortan sobre una panorámica del valle.
Pintado durante el verano

Sobre la arena, Playa de Zarauz

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Sorolla, buen aficionado a la fotografía desde los años en que trabajó como ayudante en el estudio de su suegro Antonio García Peris, utiliza en este cuadro un tipo de composición que resulta inimaginable sin la costumbre de ver instantáneas fotográficas: las figuras aparecen cortadas arbitrariamente, ignorantes de que están siendo fotografiadas-retratadas, lo que da al cuadro una impresión de total naturalidad.

Aunque este es un efecto que Sorolla valoraba especialmente; pocas de sus obras lo llevan a este extremo.
El resultado es una imagen que resulta sorprendentemente moderna, pues al no percibirse un fondo, un horizonte, las figuras parecen agolparse junto al plano mismo del cuadro dándole a este un gran protagonismo; la indefinición de los rostros desdibuja a los personajes y los convierte en meros elementos de una composición arbitraria de forma y color.

Tormenta sobre Peñalara, Segovia

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Sorolla pinta desde el llano segoviano (Segovia, España) las alturas del pico de Peñalara, el más alto de la Sierra de Guadarrama, cernidas por el cobalto del aguacero. La enfermedad de su hija primogénita, los estudios, bocetos y cartones preparativos de su magna obra para la Hispanic Society of America y la circunstancia de tener casa de verano en el pueblo serrano de Cercedilla (Madrid), explican la repetida presencia del Guadarrama en muchas de sus obras.

La alberca, Alcázar de Sevilla

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El pintor elige un rincón del Patio de la Alberca de los Reales Alcázares de Sevilla en el que se acentúa la sensación de intimidad y sosiego. A ello contribuye el punto de vista ligeramente picado y el encuadre fotográfico, descentrado y parcial. Los protagonistas del cuadro son el agua y los reflejos que en ésta se producen de los muros blancos y las macetas dispuestas en el borde.

La luz sesgada ilumina las macetas, el borde de la alberca y el arbusto de la derecha, estableciendo un juego de contrastes lumínicos que enriquece el reflejo amoratado en el agua.

Los Reales Alcázares de Sevilla atrajeron tanto al artista que muchos de sus rincones inspiraron los de los jardines de su vivienda en Madrid, actual Museo Sorolla.

Calle 59, Nueva York

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El edificio del Plaza Hotel con un automóvil rojo y negro aparcado delante, y cuatro figuras esbozadas. A la derecha, la calzada con otros automóviles, un tranvía y varias figuras cruzando. Al fondo, se inicia el Central Park.

Clotilde con los hijos, día de Reyes

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Sobre la mesa del comedor, con mantel blanco, Joaquín y María colocan sus cartas a los Reyes Magos dentro de los zapatos. Hacia el fondo Clotilde abre la ventana para que Elena deposite los suyos. De la parte superior, cuelga una lámpara con gran tulipa de cristal, único foco de luz de la de la composición. A la derecha y al fondo, gran aparador.
Pintado a finales del año.

Vista de Ávila - 1912

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Vista de Ávila en la que destacan las murallas de la ciudad, a la derecha, sobre una ligera loma. Cielo azul claro ennubarrado.

Tipos segovianos


Cinco figuras, recortadas sobre el fondo blanco de un muro encalado, vestidas con el traje regional segoviano. Destaca, en el centro, una femenina con las galas de Zamarramala.
Pintado en la primavera

Granada

Un buen día el pintor de la luz y del color se enamoró de Granada. Sorolla llegó por primera vez a la ciudad en 1902. Fue una visita fugaz de apenas dos días, pero la fascinación que nació en el artista por Sierra Nevada, que en un principio le impresionó más que La Alhambra, le marcaría de por vida.

Por aquel entonces, los paisajes serranos representaban un territorio misterioso e inexpugnable, tan solo recorrido por los primeros viajeros románticos que acudían atraídos por “el embrujo del Sacromonte”. Las estampas de la sierra son una constante en la trayectoria del pintor; quizás su origen mediterráneo aumentó su atracción por este tipo de imágenes.

viernes, 18 de junio de 2021

Sorolla y la moda


Video explicativo de la exposición temporal del museo Thyssen Bornemisza en colaboración con el museo Sorolla "Sorolla y la moda".

Sol de la tarde – 1903

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En 1903, pinta Sol de la tarde, que según Sorolla era el mejor de sus cuadros, y también Verano. Se observa en las obras la luminosidad, colorido y fuerza expresiva. El color presenta fuertes contrastes de amarillos, azules ultramares y esmeraldas y crea sensación de gran realidad. Las sombras se representaban por medio de tonos azulados y violetas como los impresionistas pero no adoptó la pincelada corta ni renunció a la mezcla de colores en la paleta tal como puede apreciarse en El bote blanco.

María Clotilde - 1900


El niño lactante - 1894


Pelar patatas - 1891


Monte Ulia, San Sebastián

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En España, la nueva cultura del veraneo pone de moda sobre todo las playas del norte, donde el clima más fresco permite a los elegantes conservar la compostura. De entre ellas, es San Sebastián una de las preferidas, por ser la escogida por la reina regente. Sorolla alterna sus veranos en Valencia con estancias en el norte: Asturias, y sobre todo Guipúzcoa: San Sebastian, Zarauz, Guetaria; también la playa francesa de Biarritz.
 
Sorolla viaja siempre pertrechado con sus materiales de pintor plenairista, y en estas costas encuentra una luz más suave y matizada, unas condiciones más cercanas a las que los pintores franceses del realismo y el impresionismo habían reflejado en sus escenas de las costas atlánticas.

miércoles, 16 de junio de 2021

Maria en la playa de Zarauz - 1910


Bajo el toldo de Zarauz - 1910


María en los jardines de La Granja

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En 1907 la familia de Sorolla pasará el verano en La Granja de San Ildefonso, pues Sorolla había recibido el encargo de pintar al joven rey Alfonso XIII y lo hará allí, al aire libre. María nacida en 1890 tiene en este momento 17 años. Ha tenido siempre una salud delicada, y en 1906 se le diagnostica una tuberculosis; tendrá que pasar el invierno de 1906-1907 en El Pardo para respirar aire puro de la sierra. Allí la acompañan su madre y sus hermanos hasta que se reunen todos en La Granja.

Sorolla la retrata junto al estanque, en cuya pintura se deleita con los juegos de reflejos en el agua que tanto le han gustado siempre y con la representación de la luz filtrada entre el follaje, otro de sus motivos favoritos. La deliciosa figura de María no registra la enfermedad que acaba de pasar; es más bien una encantadora joven de la belle époque. La acompaña una niña con aro: Susana, la hija del crítico Leonard Williams, que en 1909 publicaría un catálogo de las pinturas de Sorolla.

lunes, 14 de junio de 2021

El Crit del Palleter

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El grito del palleter es una obra del pintor valenciano Joaquín Sorolla, producida en 1884. Se trata de un cuadro al óleo sobre lienzo, y se encuentra en la Diputación de Valencia.

Cuadro pintado en la época temprana de Sorolla que optaba al concurso becado que ofreció la Diputación de Valencia para estudiar pintura en Roma. La temática de la obra es histórica, uno de los puntos obligados para presentarse al concurso, situándonos en la moda de la época de la producción de obras románticas y nacional-históricas. 

Biografía de Joaquín Sorolla y Bastida

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La preparación de la pasa en Jávea – 1900

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La preparación de la pasa en Jávea, 1900 (París, Musée d’Orsay, en depósito en Pau, Musée des Beaux Arts)

Tras el éxito que supuso “¡Triste herencia!”, Sorolla continúa trabajando en el camino que le marca su pintura. En esta obra recurre de nuevo a la temática popular, la de la elaboración tradicional de la uva pasa, pero lo que le interesa es la captación de la luz en un espacio intermedio entre el interior y el exterior: los porches, los patios de las construcciones tradicionales valencianas que tan bien conocía.

De nuevo la protagonista absoluta de la escena es la luz que se cuela en forma de grandes pinceladas blancas a través de puertas y ventanas. Los contraluces, tan difíciles de pintar, aparecen dominados con absoluta maestría

Antonio García en su laboratorio – 1908

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Nueva York, The Hispanic Society of America

Antonio García Peris era el suegro de Sorolla y fue un fotógrafo muy reconocido en su época. Fue, así mismo, un gran apoyo personal y profesional para Sorolla. Le dio trabajo en su estudio siendo Sorolla muy joven, y después sería un gran consejero para el pintor. Sorolla lo retrata aquí en su labor de fotógrafo, mirando una placa que acaba de revelar. Toda la obra se ilumina desde una fuente de luz artificial que no vemos y que deja ver al fotógrafo como científico, concentrado en sus experimentos.

María pintando en el Pardo

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En 1907 su hija María convalece en El Pardo de una grave tuberculosis, y Sorolla la pinta entre gloriosos contrastes de amarillo y malva, sentada bajo su sombrilla, pintando, a su vez, el agreste paisaje.

Juerga Andaluza – 1889

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El Joven Sorolla regresa de completar sus estudios en Italia en 1889, entonces se instala con su esposa Clotilde en Valencia, donde continúa pintando escenas de género ambientadas en jardines y exteriores en la estela de Fortuny.

Helena con sombrero negro

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Fue pintado en 1910 y nos presenta a la hija del pintor con quince años, convertida ya en una joven distinguida, vestida de mañana con un sombrero a juego.
El sombrero fue el complemento indispensable y gran protagonista de la indumentaria de la Belle Époque. Compensa la relativa ligereza de las nuevas siluetas femeninas, que ahora llevan líneas más ceñidas al cuerpo, con su enorme volumen, que acoge los adornos más imaginativos y prueba el gusto y la originalidad de quien lo lleva.

Mrs. William H. Gatwick – (1909)

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Pintado durante su primer viaje a EEUU, en la exposición que realizó en Búfalo, el retrato de Mrs. Gatwick es, quizás, en el que la influencia del pintor americano Sarget se ve más claramente.

Muchachas griegas en la orilla - 1895

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Muchachas griegas en la orilla” fue pintado por Sorolla en 1895.

La subasta de Pintura Europea del siglo XIX, que se celebra hoy en la sede londinense de Sothebys presenta un importante lienzo inédito de grandes dimensiones de Joaquín Sorolla, Mujeres griegas en la orilla, de 1895, que respira la atmósfera de las mejores escenas mediterráneas del pintor.

La obra fue encargada por el Marqués de Valdeterrazo a Sorolla en 1895, para decorar su palacio madrileño de la calle Hortaleza, quien pagó por esta pintura 2.000 pesetas. La tela permaneció en la casa de los marqueses hasta 1985, momento en el que pasó a la colección familiar en la que se ha conservado hasta hoy. A pesar de la novedad de este trabajo, se trata de una obra de gran trascendencia dentro de la trayectoria de Sorolla, al ser una de las primeras grandes decoraciones que realiza.

Fin de jornada Jávea – 1900