En un acogedor interior la esposa del pintor, Clotilde García del Castillo, da de mamar a María Clotilde, la mayor de sus tres hijos, que apenas tiene un mes.
Clotilde mira ensimismada a su bebé, nada interrumpe la intimidad del momento. Sorolla, padre primerizo, también recoge en esta escena su propia intimidad, la de quien contempla embelesado la novedad en la vida familiar, la llegada del primer hijo.
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