Sorolla fue un pintor plenarista que no renunció a salir a pintar al aire libre en los días en los que llovía y hacía malo. El valenciano logró dotar de una dimensión emocional a estos grises paisajes monócromos que transmiten cierta melancolía. En este caso, diversos pescadores, en sus barcas alineadas de forma paralela junto a la orilla de la playa, dirigen su mirada hacia la que se adentra en el mar agitado bajo un cielo borrascoso. Celaje opaco que sumerge al espectador en una escena turbulenta construida a base de manchas enérgicas de pintura que proporciona a la imagen cierto carácter expresionista.
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