The Hispanic Society of America fue fundada en 1904 por el magnate americano Archer M. Huntington, que la concibió como un lugar para el estudio y la conservación de la cultura hispánica en Nueva York. Su fundador dejó en ella su vasta y rica colección de obras arte y de piezas históricas, fundamentalmente procedentes de España.
A partir de 1909, Sorolla y Huntington establecieron una fecunda relación que ayudó mucho a la promoción del pintor en Estados Unidos y el coleccionista compró también algunas de las mejores obras de su producción. En 1910 planearon la decoración que Sorolla habría de llevar a cabo en la sala de la Biblioteca del nuevo edificio de la Sociedad levantado en 1908, y que sería el epicentro de la actividad de la institución.
Aunque Huntington pensaba que esa sala debía estar adornada con los episodios más importantes de la Historia de España y Portugal, Sorolla convenció a su mecenas para realizar un monumental friso con paisajes de España, que incluyera a los tipos característicos de cada región.
El artista dedicó a ese trabajo sus esfuerzos casi ininterrumpidamente desde 1911 hasta 1919, dejando en estas monumentales pinturas una visión del país acorde con la de Huntington y otros hispanistas anglosajones que, frente al proceso de industrialización que había dado comienzo ya en España, mantenían una visión neorromántica, atenta a sus aspectos más intemporales y a la pervivencia de las costumbres del pasado.
Huntington quedó muy satisfecho con la decoración, y en 1918, cuando vio la serie de paneles casi completa, afirmó que «Sorolla ha llevado su teoría de la pintura hasta el límite y sólo por eso perdurará».
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