El estudio del pintor", 1888 el Joven Sorolla antes de regresar a Madrid nos enseña su estudio en una obra muy al gusto del momento, en la que, además de un joven desnudo y un perro, hay profusión de telas, alfombras, objetos de todo tipo, y entre ellos una lámina de uno de los retratos más venerados por Sorolla, el del Papa Inocencio X, de Velázquez, también un bajorrelieve griego de Fidias, y una estampa japonesa, que nos muestran los diferentes gustos y preocupaciones estéticas de Sorolla en un momento en el que lo investiga todo.
Blanca Pons-Sorolla "Vida y obra"
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